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​La transformación digital es el cambio asociado con la aplicación de tecnología digital en todos los aspectos de la sociedad humana. Hay nuevas formas de hacer eficiente la producción y la logística, muchos procesos se pueden automatizar, el consumidor compra y se informa vía Internet, se introducen nuevos productos en el mercado con nuevas prestaciones y formas de comercialización y entrega.


Esto hace que el ciclo de vida de los productos se esté acortando brutalmente. Hay productos de éxito que, de repente, son sustituidos y olvidados por la entrada de un sustituto. En los artículos de moda hemos pasado de 2 colecciones por año a 4, o incluso a la sustitución continua de artículos cada semana.


Un ejemplo es el de las librerías. Y es que este modelo de negocio, simplemente, está dejando de ser viable. Muchos de estos pequeños empresarios (y algunos no tan pequeños) se están planteando en estos momentos la alternativa entre abandonar o convertirse en un espacio en el que no solo se venden libros y revistas ¿café, club, asociación…?


Por esta razón se hace necesario que el empresario sea capaz de identificar las posibles amenazas sobre su modelo de negocio para poder reaccionar a tiempo. Y reaccionar a tiempo significa cambiar este modelo de negocio para poder sobrevivir.


De esta forma, por ejemplo, hay muchos empresarios que ante la amenaza de las importaciones asiáticas o incluso por las plataformas de venta por Internet, se han especializado en productos diferentes y han cambiado su modelo de comercialización. Pero estas son decisiones difíciles y traumáticas que no queremos abordar de forma precipitada y sin motivo real. Por eso necesitamos dotarnos de datos de como está evolucionando la realidad.


Un dato muy evidente es la evolución de nuestros beneficios…pero ¿a qué se debe? ¿A que gastamos mucho? ¿A que lo que nos están comprando no es lo que más rentable nos resulta? ¿A que la gente ahora prefiere un tipo de producto diferente o sustitutivo de los nuestros? Y esto…¿es temporal, o se ve una tendencia clara? ¿Nos pasa solo a nosotros?


Por eso necesitamos datos e indicadores de control interno, para vigilar aspectos propios como los costes y el desempeño. Y también indicadores externos como por ejemplo las ventas del sector, tendencias, cuotas, opinión del cliente, datos de los clientes. En el caso de los indicadores externos, la mala noticia es que NO hay una forma mágica o segura para hacerlo. El Gerente y/o el Empresario se pueden informar de lo que está sucediendo por multitud de medios. Hoy más que nunca: asociaciones
empresariales, ferias, conferencias, internet, la universidad, otros empresarios, asociaciones de networking, proveedores, los propios directivos de la empresa…

Siempre ha sido la misión del Gerente planear el futuro y la estrategia de la empresa, es decir “fijar el rumbo”, pero en muchas ocasiones las tareas de gestión del día a día absorben su tiempo, y lo mantienen arreglando y organizando la nave. Por eso es necesario que estos indicadores le lleguen de forma fácil, regular y sistemática, pues solo así se mantendrá alerta.

Además, ha de tener presente que necesita dedicarle tiempo sistemáticamente a esta actividad, porque todo cambia más deprisa que antes, y si no lo hace así, puede tardar demasiado tiempo en convencerse de que hay que modificar el rumbo. Y es que no solo se trata de recibir la información, hay que procesarla y trabajarla para ver cómo afecta a la empresa y que oportunidades se abren o se cierran.