Pues es una pregunta difícil, pero vamos a intentar responder. En estos momentos no hay una respuesta clara sobre cuál es la mejor política de actuación, pues depende de datos médicos, del Gobierno y de la evolución del COVID-19. Pero sí que consideramos imprescindible algo en lo que todos los empresarios han de ponerse a trabajar: HAY QUE TENER UNA POLÍTICA.
Y esto es así, puesto que las consecuencias de tener un infectado en la empresa son graves: ¿tendremos que cerrar? ¿Se negarán los otros trabajadores a venir? ¿Habrá problemas con el sindicato?

Por ello hay que reflexionar sobre la comunidad que se genera en la empresa y abordar dos posibles formas de contagio: la interna entre trabajadores que en estos momentos YA pueden estar infectados y la externa por contactos con trabajadores externos. Y eso, asumiendo que
todos los trabajadores cuando salen de la empresa siguen las normas de aislamiento que ha transmitido el gobierno.

Empecemos pues:

  1. Contagio entre trabajadores: hay que decidir si en nuestra empresa podemos limitar el contacto entre distintas zonas (sección 1, sección 2, administración, expediciones…) y de esta forma poder justificar que, si hubiera 1 caso, no afecta a toda la empresa puesto que el afectado no se relacionaba fuera de su zona.
    Si es posible hagámoslo, y establezcamos las normas necesarias para garantizar el aislamiento de las zonas y quien lo va a vigilar. También es necesario transmitir unas normas de comportamiento e higiene CLARAS y oficiales. Esto no solamente limita el contagio, sino que da más confianza a los trabajadores y eleva la moral.
  2. Contagio por trabajadores externos: hay que revisar que trabajadores externos llegan a la empresa como, por ejemplo: empresas de mensajería, transportes, técnicos de mantenimiento, representantes comerciales, representantes de la administración, consultores… Hay decidir cuáles son necesarios para el funcionamiento adecuado de la
    empresa y si vamos a permitir que accedan a las instalaciones o no. En caso de permitirlo como se van a controlar: medidas de higiene, acceso a que zonas y a que personas.

Además de todo ello, según nuestra experiencia, convendría establecer un pequeño comité de crisis, cuyas responsabilidades serían las siguientes:

  1. Mantener informada a la Propiedad/Dirección de lo que acontece en este ámbito.
  2. Conseguir los medios necesarios para llevar a cabo las medidas de higiene y aislamiento de zonas acordadas.
  3. Reaccionar de forma rápida y coordinada. A este respecto no estaría de más diseñar previamente un Plan de Acción Rápida ante posibles contingencias como: primero, alguien tiene síntomas; segundo, hay un positivo confirmado; tercero, un proveedor tiene un positivo confirmado, etc.
  4. Responder a las preguntas y demandas de los trabajadores de forma ordenada.

Es imprescindible mantener la calma, tratar de pensar con claridad e informarse diariamente para poder hacer frente a esta nueva situación y garantizar un impacto mínimo en nuestra actividad empresarial.