Aprender, comprender y poner en marcha marcos de trabajos ágiles, no nos convierte en ágiles. Y creer lo contrario es más habitual de lo que piensas y, además, un gran error.

Se necesita bastante más para hacer buena agilidad y muchísimo más para decir que somos ágiles…

Pero vayamos al día a día…  a ver si te identificas

Trabajamos con un equipo, acordamos el modelo de trabajo, los criterios de éxito y aceptación, el producto y servicio a desarrollar, los integrantes Cross funcionales que lo van a desarrollar, etc. En principio, todo perfecto. Todos conocemos y sabemos cuál es nuestro rol y parece que todo ha quedado claro… Al lío…

  •  Primer sprint

Estamos en marcha. Producto entregado, flujos definidos y personas alineadas… Estamos confiados y motivados. En este primer sprint, todo ok. Un poco forzados, normal pero bien. Lógico por ser el primero…

  • Segundo sprint

Los eventos se hacen, pero se identifica que ya no acuden todos los miembros del equipo. Algunos llegan; o bien tarde o bien ni acuden. Parece que las urgencias y los fuegos del día a día nos impiden ir -total o parcialmente- a algunos eventos… Lo justificamos diciendo que ya en una conversación informal de pasillo sobra. Creemos que tampoco es un gran problema, aunque sin ser conscientes, comenzamos a desalinearnos unos de otros y ya no tenemos todos la misma visibilidad del sprint.

Lo que acordamos entregar, lo hacemos, pero a medias, nuestra deuda técnica comienza a acumularse y decidimos hacerlo fuera de la dinámica del equipo, con esfuerzos individuales fuera de la lógica del equipo. Lo hacemos así porque obviamente no llegamos. O no al menos con la calidad deseada.

Para más inri, el cliente nos ha solicitado (vía PO) reunión de urgencia y miedo nos da todo lo que nos va a decir. No olvidemos que encima no vamos alineados. El sprint review no arroja buenos resultados y durante la retro no nos atrevemos a poner sobre la mesa las bondades y las carencias de nuestro hacer.

Nos desmotivamos con este segundo sprint y llegamos a pensar que esto de LA AGILIDAD ES UN JALEO Y NO SIRVE PARA NUESTRO EQUIPO.

  • Llegados a este punto y al inicio del tercer sprint o mejor, en esa retrospectiva del segundo sprint y bajo un chispazo de cordura nos surge la siguiente duda: ¿Alineamos método o mejor trabajamos sobre el MINDSET?

A fecha de hoy, y no siendo esta una pregunta fácil de responder, aún hoy tenemos dudas de si trabajar uno de los aspectos (o ser o hacer) en profundidad o bien equilibrar ambos y trabajar sobre ambos (ser y hacer) aunque en menor profundidad… No sabemos qué hacer. Ni qué es mejor.

Aunque lo que sí nos debería de quedar muy claro, es que este tercer sprint es crítico. Punto de inflexión. Sprint clave para reconducir la dinámica del equipo, porque no hacerlo hará que el equipo entre en un terreno de malestar de todos con todos y con un nivel de performance cada vez más pobres en términos de resultados y en términos de valor.

No olvidemos que las propias dinámicas de los equipos tienden a la entropía y a la desorganización… Las “cosas” no se organizan per se. Hay que hacer que se organicen y tenemos que ayudar a interiorizar esa organización…

En HEELFE conocemos de primera mano cómo guiar a tu equipo en estos momentos cruciales.  Somos amantes de la agilidad y de transformar equipos con marcos ágiles. Si quieres saber más, contacta con nosotros.