Tienen una doble funcionalidad, fiscal y de seguridad.
Fiscalidad: Control de las mercancías que entran en un territorio aduanero para controlar que se cobren las tarifas y tributos correspondientes en el país de esas mercancías.
Seguridad: Asegurar que no tengan lugar operaciones de contrabando o tráfico ilícito.
Las aduanas pueden ser terrestres, ubicadas en la salida de un país y la entrada de otro, marítimas, que es el medio de transporte internacional más utilizado, o aéreas, presentes en los aeropuertos internacionales.
La retención de mercancías en la aduana de destino es una posibilidad. Es conveniente conocer los siguientes códigos:
1. Verde. Todo está presentado correctamente, la mercancía puede entrar en el país.
2. Naranja. Retención de la mercancía, normalmente por falta de documentación.
3. Rojo. Se procede a bloquear y retener una mercancía por posibles irregularidades.
Desbloqueo y levantamiento de la mercancía retenida en la aduana:
En código naranja se solventa presentando la documentación requerida o con una simple aclaración. Las mercancías bloqueadas por un despacho con código rojo requieren de una aportación de documentación en un plazo máximo de 15 días.
Un bloqueo con código rojo suele significar una inspección de la mercancía. Esto generará una serie de gastos imprevistos a los que hacer frente para levantar la mercancía. Por eso hay que conocer los requisitos documentales para entrar en un país antes de hacer el envío. Hay un primer coste de acarreo a unas instalaciones cercanas donde se realizará la inspección. Se necesita la intervención del agente de aduanas, un miembro de la autoridad competente (en España, la Guardia Civil) y un tercero especializado en esta clase de inspecciones. El contenedor será descargado y posteriormente cargado. Todos estos costes correrán a cargo del importador para poder levantar la mercancía.
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