A los empresarios nos cuesta mucho hacer que las cosas vayan bien, ¡¡¡mucho!!!. Crear una empresa o mantenerla es una continua carrera de obstáculos. Y cuando por fin algo va bien, queremos que se mantenga y no tocarlo más hasta que no hayamos solucionado lo demás… Pero esto es imposible por dos motivos: 1º hay demasiadas cosas por hacer y 2º el mundo cambia demasiado deprisa para que lo que habíamos resuelto aguante lo suficiente.
Frustrante ¿verdad? Pero es la realidad que nos ha tocado vivir. La sociedad de la información está haciendo que los cambios tecnológicos y sociales se produzcan a un ritmo cada vez más rápido. No solamente tenemos el poder de saber al momento lo que sucede en el mundo sino que ese conocimiento hace que TODOS reaccionemos más rápidamente y colaboremos de forma más efectiva para crear: inventos, nuevos productos, nuevas formas de comercialización, nuevas formas de distribución…
Y eso supone un entorno mucho más competitivo que tira de los precios hacia abajo y que introduce nuevos productos sustitutivos continuamente, por lo que HAY QUE PELEAR más por la rentabilidad.
Para afrontar esta batalla del día a día hay muchos métodos y acciones a realizar, entre ellos una muy importante: automatizar la gestión de la cadena de suministro para ganar plazo y reducir stock.
Y es que la presión de empresas como AMAZON con sus servicios rápidos está cambiando la psicología del consumidor y tanto el consumidor privado como el empresarial está creyendo justificado exigir cada vez mejores plazos.
Por otra parte las recientes y sucesivas crisis económicas han mermado la liquidez de las empresas y al no poder permitirse el stock, muchas de ellas han mejorado a la fuerza la gestión de su cadena de suministro, entendido esta como todo el proceso que va desde que se toma un pedido hasta que se sirve, pasando por los aprovisionamientos y la producción.
¿Y cómo lo han conseguido?. Pues eliminando etapas del proceso, presionando a los proveedores y sobre todo APOYÁNDOSE EN LA TECNOLOGÍA para que tanto las decisiones de aprovisionamiento como las de producción y entrega se realicen de forma rápida y eficiente.
¿Y, ya está…? ¿Me compro un software nuevo para que piense por nosotros? Desgraciadamente no es tan fácil. Los ordenadores son tontos (de momento), pero son unos tontos muy rápidos. Si somos capaces de plantear un proceso con todas las posibilidades y las decisiones que habrían de tomarse o las alertas que se deberían generar para que un humano las tome, entonces somos capaces de demandar a una empresa de informática el software que nos hace falta.
¿Pero qué podemos conseguir? ¿Merece la pena?
▪Imagina que tus comerciales pueden confirmarle la fecha de servicio al cliente sin tener que consultar a nadie más que al ordenador, y que además la fecha es creíble.
▪Imagina que el Responsables de Compra sabe en todo momento cual es la necesidad de todos los componentes en función de los pedidos y las previsiones, y que el ordenador le alerta de cuando es necesario pedir más.
▪Imagina que el Responsable de Producción conoce en todo momento no solo cuánto stock tiene, sino cuánto hay disponible en función de los pedidos y de las previsiones y que el ordenador le alerta de cuando es necesario producir más.
▪Imagina que los operarios de almacén saben que pedidos tienen asignada toda la mercancía y por tanto ya se pueden preparar. Imagina que ya no tenemos sorpresas porque el stock que se produjo para un cliente se ha servido para otro. Imagina que suele haber mercancía para todos en plazo.
Quizás no sea mucho imaginar porque MUCHAS EMPRESAS YA FUNCIONAN ASÍ, pero si tu empresa no es una de ellas…imagina lo que puede ser competir contra ellas.
Por eso es VITAL tomar el tiempo necesario para diseñar nuestro proceso logístico ideal y tratar de que nos lo adapten lo mejor posible. Digo diseñar porque no hay programas de informáticos que sirvan para todos los tipos de empresas y si nosotros no sabemos qué necesitamos lo que nos implanten es difícil que lo cumpla. Las empresas que venden e implantan software normalmente son especialista en cumplir los requerimientos que les proponen no en diseñarlos.
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