Si en la empresa te obsesionas por el margen y de los costes, corres el riesgo de tener problemas. Ocuparse del futuro de la empresa y de su posición competitiva y estratégica es igual de importante.
Para ello hay que vigilar a la competencia, y adaptar y evolucionar tu logística y tu producto. Y si todo esto se hace bien, creceremos. Pero crecer no es fácil, o por lo menos crecer bien no lo es. Hay que integrar nuevo personal, mantener los procesos bajo control, vigilar que el producto siga
siendo de calidad…y sobre todo, NO CARGARSE DE ESTRUCTURA de forma injustificada. Pues cuando todo “va bien”, tenemos la tentación de tomar decisiones rápidas, que nos permitan sostener el crecimiento, sin tener en cuenta las consecuencias futuras. Hay muchas soluciones de externalización que permiten afrontar estos acelerones sin comprometer el futuro.
En definitiva, nuestra Organización es como un ser vivo que hay que cuidar y mantener sano.
Invirtiendo los recursos necesarios y analizando su desempeño, para conducirlo a través de un entorno permanentemente cambiante y permanentemente “peligroso”.