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En muchas empresas españolas de fabricación no se planifica correctamente. Esto significa que se da alguno o varios de estos hechos:

  • No se dispone del stock actualizado informáticamente. De producto acabado y/o de materias primas. Y NO se revisa sistemáticamente la inversión en stock.
  • No se realizan reservas de materias primas en función de las ordenes emitidas
  • Previsiones actualizadas de venta: basadas en históricos, pero también en previsiones del departamento comercial y tendencias de las últimas semanas. 
  • Niveles mínimos de stock en función de los días de la cobertura de demanda que queremos tener: una semana, dos, un mes….  
  • No se gestionan las colas de las diferentes secciones teniendo en cuenta los plazos de servicio, el tiempo de proceso que tiene por delante cada orden. Se declaran las urgencias cuando YA estamos en retraso.

Esto provoca dos GRANDES PROBLEMAS:

  1. MÁS inversión en stock y en espacio de almacén de la necesaria, aunque no del producto que nos hace falta en este momento.
  2. RETRASOS a la hora de servir que hacen reclamar a Comercial, MÁS STOCK y MÁS CAPACIDAD.

Por tanto, muchos Comités de Dirección acaban reclamando inversiones a la propiedad para instalar más maquinaria y/o ampliara los almacenes.

Pero no están teniendo en cuenta que normalmente cualquier nueva maquinaria o espacio de almacenamiento cuesta mucho más dinero que el que cuesta en horas hombre la revisión y mejora de nuestros procesos. Es más, revisando el proceso de producción se podría obtener más capacidad de máquina por aumento de su rendimiento.

¿Para  qué  gastar  en  una  nueva  máquina,  que  nos  da  la  producción  que  estamos  perdiendo  por  rendimiento  insuficientes,  cuando  el  coste  de  un  proyecto  de  mejora  puede  valer  la  décima  parte?.  Especialmente si un porcentaje importante de lo que produce esta máquina no nos hace falta en realidad.

Se toman muchas decisiones de este tipo porque cuando pagas por una máquina te dan algo tangible, que además, supuestamente tiene un valor en mercado si quisieras liquidarlo (aunque en realidad no suele ser así). En cambio, invertir dinero en proyectos, personal o en consultoría nos crea una incertidumbre mayor y hay que seguir muy de cerca los proyectos para asegurarse de que nuestro dinero se está empleando bien.

Otra de las razones es el “enfado” ante incumplimientos de fechas con clientes y oportunidades perdidas. Pero esto no se debe frecuentemente a que no tengamos capacidad, sino a que no además de tener un proceso de planificación mejorable, no hemos sabido prever con tiempo la evolución de la carga de trabajo con el cambio de temporada o catálogo, ni adaptar nuestros turnos y horas extras a ella. La solución más fácil es tener capacidad de sobra, en máquinas y personal, pero eso nos puede llevar a unos costes superiores a los de nuestra competencia.

Si antes de invertir en máquinas y edificios gastamos una fracción de su coste en analizar bien si son necesarios…siempre estaremos en situación de tomar esa decisión después, y quizás con un dimensionamiento más razonado. El caso contrario no ocurre, el estudio posterior puede reducir nuestros costes de personal, pero las amortizaciones se quedan.